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¿El uso de las redes sociales puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los ancianos?

Junto con un grupo de estudiantes de posgrado del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Alabama, la profesora Shelia Cotten comprobará en qué medida el uso de Internet y las redes sociales aumentan las interacciones y relaciones personales de los ancianos.

shelia cotten sociologa

No es novedad que los ancianos formen parte de uno los grupos sociales que más padecen aislamiento y marginación sociales. La mayoría de los programas de asistencia social se enfocan principalmente a emplear técnicas que ayuden a los ancianos a “bien morir” preservando en ellos el extinto deseo de vivir. ¿Pero en esta era de la información alguien había pensado en instruirlos en el uso de las nuevas tecnologías?

Para Shelia Cotten, profesora de Sociología en la Universidad de Alabama (@Shelia_Cotten en Twitter), el uso de Internet podría contribuir a mejorar la calidad de vida de los ancianos recluidos en centros geriátricos. En palabras de Cotten: “Con el número creciente de adultos mayores que viven en centros de atención, sumado a la disminución de la calidad de vida con la edad, necesitamos formas innovadoras para disminuir estos impactos negativos a fin de mejorar la calidad de vida.”

La idea principal de esta iniciativa es capacitar a 300 adultos mayores recluidos en 15 centros de asistencia social de Alabama a fin de que éstos aprendan a utilizar Internet, el correo electrónico, Facebook y otras redes sociales, Blogs, así como evaluar la búsqueda de información sobre cuestiones de salud.

“Uno de los beneficios principales del estudio es que ayudará a reducir las desigualdades en el acceso a la información de salud, pues sabemos que este grupo de edad se caracteriza primordialmente por la disminución de la movilidad. Una creciente cantidad de información de salud está disponible electrónicamente. Una vez que los adultos mayores crucen la brecha digital podrán acceder a información de salud mucho más fácil en lugar de ir a la biblioteca o visitar un profesional de la salud”, afirmó Cotten.

— Fuente: UAB Media Relations

  1. Al igual que Loles, también me he interesado por las nuevas tecnologias y la informática. Todavía hay cosas que me cuestan, pero poco a poco voy utilizando internet para leer el periódico, hablar con mis nietos (están fuera de España), y hasta me he apuntado a las redes sociales para mayores. Hay que tener ganas de aprender e ir poco a poco, sin perder la paciencia. Un saludo

  2. Loles dice:

    Hola soy una persona mayor, hace 6 años que empecé unos cursos para aprender informática,
    Fueron tres cursos, en los cuales aprendí bastante, con ayuda en casa de mi nieto Juan, así cuando asistía a clase lo entendía mejor, mi nieto me abrió un blogs y me animo a seguirlo,
    Al principio no me fue muy fácil, pero con su ayuda conseguí llevarlo sola más adelante,
    Me gusta mucho la informática y, ánimo a los mayores a que aprendan, me parece muy útil para la memoria, y se aprenden muchas cosas.
    En el pueblo donde vivo se están dando clases en todos los casales de mayores, yo he querido dar parte de lo que se y ayudo en uno de los centros, somos bastante voluntarios, unos ayudan a entrar en interne yo lo hago en informática
    Saludos cordiales

  3. "Premio Maria Amelia Lòpez Soliño" dice:

    Agradecemos su contribución a fomentar la mentalización sobre la necesidad de instruir y animar a los mayores en el uso de la tecnología. Nos hemos hecho eco de su post en nuestro blog.
    Un saludo afectuoso.

  4. Jorge E. Ruiz L. dice:

    A pesar de que, en efecto, este tipo de propuestas vengan finalmente a demostrar que las brechas generacionales y, por tanto, los referentes sociales, pueden transformarse, y constatar que de ningún modo se trata de un problema inherente a los vertiginosos saltos de la tecnología druante los últimos 30 o 40 años, como si el progreso tecnológico generara por y para sí mismo un destinatario, no obstante esta demostración, reitero, el más grave problema sigue siendo el acceso a la tecnología, por lo menos en, no me dejarán mentir, la mayor parte del hemisferio sur del planeta. Ese sería, en todo caso, otro de los grandes obstáculos que tenemos que vencer para que estas propuestas tengan un mayor alcance. En la Ciudad de México, a pesar de los proyectos, todavía proyectos, del gobierno de la ciudad para permitir el acceso a la internet, a través de puntos de acceso gratuitos distribuidos por el territorio, la gran mayoría de la población no posee un ordenador desde el cual hacer uso de las “redes sociales”. Esto, como es obvio deducir, esta inaccesibilidad se reproduce dentro de los centros gediátricos, asilos de ansianos o residencias de descanso. La propuesta no me parece mala, pero es como decir que disfrutar de la maravillosa vista del planeta tierra en toda su expresión puede traer beneficios en la calidad de vida de cualquier ser humano, porque a pesar de que haya a quien no le provoque la más mínima sensación de estupefacción, pocos se negarían a subir a un transbordador espacial para poder presenciar desde el espacio al planeta tierra en toda su majestuosidad, suponiendo que bastara únicamente eso. Habrá quien diga que todo lo dicho es una exageración, pero no lo es, multimillonarios ya han viajado al espacio, o por lo menos rodeado la tierra, sí, la tierra, como rodear la cuadra o manzana de nuestra casa, a bordo de naves espaciales; hay, incluso, pretensiones de contruir hoteles en el espacio (búsquen un poco por internet y encontrarán suficiente información al respecto). Planteo entonces la pregunta ¿qué obstáculos habremos de sortear para replantear los imaginarios en torno a la vejez, o, dicho con respecto al bien supremo, la calidad de vida de la gente?
    Saludos a todos y todas.

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