Con el desarrollo de nuevas tecnologías el campo de investigación de las ciencias sociales ha encontrado útiles herramientas para complementar el análisis de fenómenos sociales. En este sentido, la antropología visual, término propuesto por Margaret Mead en los años cuarenta, ha resultado ser una importante herramienta de investigación donde los recursos visuales, como son la fotografía y el video, aportan útiles elementos para la descripción y análisis etnográficos.
El Departamento de Antropología, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-I), unidad Iztapalapa, ubicada en la Ciudad de México, habilitó desde hace algún tiempo el Laboratorio de Antropología Visual. Este laboratorio ha sido impulsado por el trabajo del Dr. Scott Robinson Studebaker.
Algunos de los documentos visuales disponibles en línea son: Una mirada al ser femenino en el barrio de San Martín Malinalco y Los piratas de la antigua escritura o la nueva forma de aprender digitalmente.
Christian, gracias por el comentario. Eso que menciono lo digo por experiencia. Si te inscribes a dicho taller estaría bueno que trataras de observar qué tan presente y claro tienen los cursantes -incluyendo a los maestros o ponentes- del hecho de que existe la tentación de ver a lo visual como algo más allá que una herramienta de registro antropológico. Quizá te lleves la sorpresa de que quienes imparten el taller hayan sucumbido a la tentación de lo visual, lo cual haría el asunto más interesante hablando en términos sociológicos y sobretodo en términos campales 😛 Pero tampoco excluyas la posibilidad de que uno que otro tenga la cabeza bien fría y vea con indiferencia y hasta con desasosiego la dimensión intrusiva que representa el registro audiovisual para un estudio antropológico serio…
saludos
Adrián, el comentario que haces me parece muy pertinente y enriquecedor. Coincido contigo en que no es posible considerar per se a un instrumento, como son los recursos visuales, como parte de una vertiente de una disciplina. Tal vez esta pretensión reduccionista, en algunos casos, se deba a la [peligrosa] eficacia que puede tener un documento visual.
Sabes, estoy pensando seriamente en ingresar a un taller de “Antropología visual” que dará la Universidad de la Ciudad de México.
Hasta pronto
Creo que no está nunca de más acotar que no se puede hablar de antropología visual por sí misma, es decir, sin la predominancia de lo netamente antropológico. Lo visual no ha de ser un material más privilegiado que la escritura o la relatoria, pero hay que ver sin menospreciar que la foto y el video son recursos poderosos en sí. El riesgo de darle cierto estatuto a la realización de imagénes en el marco de un estudio antropológico es pensar que de la imagen es posible hacer antropología. Por ello creo que el hecho de referirse a la realización visual de lo antropológico con el mote de “Antropología Visual” es algo equivoco que puede llevar a pensar que la AV es algo más que una herramienta de investigación antropológica. Yo cursé ese diplomado en la ENAH y pude ver que existe esa tentación práctica. Según lo pude comprender, la AV no podria estabilizar una metodología propia, ni podría dejar de implicar una técnica de registro como cualquier otra. La cosa es que existe la ilusión de ver a la AV como una disciplina más o menos autónoma de la propia antropología, cuando en realidad es un simple aspecto de ella -un aspecto que sólo en casos muy raros es imprescindible-. Como lo veo, un trabajo antropológico puede implicar una ficción ilustrativa sin que ello signifique que deje su seriedad antropológica, pero una ficción ilustrativa no puede implicar por sí misma un trabajo antropológico. (Se me vienen a la mente por ejemplo, los excelentes documentales canadienses titulados Homo sapiens). En fin hay una cantidad estupenda de documentales que usan cualquier recurso visual de un modo extraordinario. No obstante, en esos documentales siempre se cuida que de la imagen no surga lo antropológico…
saludos