Ars Electronica, una organización fundada en 1979 con sede en Linz, Austria, pionera en la difusión de las nuevas tecnologías y su impacto en el arte y la sociedad, celebró del 5 al 11 de septiembre el Festival Ars Electronica, uno de los eventos más importantes en materia de creación artística digital.
Bajo el sugestivo título Goobye Privacy, este año la temática del evento centró su atención en la creciente pérdida y control de la vida privada en nuestra moderna sociedad de la vigilancia so pretexto de una mayor “seguridad y protección”.
Para maximizar la seguridad es necesario minimizar la vida
– Konrad Becker, artista y hacktivistaPara Richard Sennett, sociólogo invitado a participar en las actividades del mismo festival, internet ha llegado a convertirse “en una inmensa descarga de confesiones sin fin” donde se revelan voluntariamente los más ínfimos detalles de nuestra vida privada en servicios tan aparentemente innofensivos como son Flickr, Youtube o Myspace, por citar algunos. Lo que no se sabe es que todos esos trazos diseminados en internet son atesorados en la base de datos de operadores privados con el objetivo de ser analizados de forma sistemática y automática para su posterior explotación comercial o de control, explicó Sennett.
Otra de las voces críticas que resonaron en el simposio fue la David Lyon, profesor de sociología en la Queen’s University y responsable del proyecto multidisciplinario The Surveillance Project. Lyon alertó sobre la creación y el uso taxonómicos de los perfiles sociales que se derivan del tratamiento de datos digitales: “Uno será tratado de diferente forma en función de la categoría a la cual pertenece”. Un caso paradigmático que advierte sobre el uso comercial de la información privada obtenida por medio de sistemas de vigilancia informáticos, en este caso durante las elecciones de 2000 en Estados Unidos, fue la creación de una peculiar base de datos denominada Aristotle. Nutrida de diversas fuentes, esta especializada base de datos proporcionaba el perfil político de unos 150 millones de electores estadounidenses. Como es de suponer, los principales clientes interesados en obtener información tan privilegiada fueron los equipos de campaña en contienda. (Véase Manuel Castells, “La política de internet [II], en La galaxia internet. Reflexiones sobre internet, empresa y sociedad, trad. de Raúl Quintana, Barcelona, Debolsillo, pp. 217-240. “)
Cuando una persona mantiene a otra bajo vigilancia la sociabilidad decrece, el silencio se convierte en la única forma de protección
– Richard SennettLas manifestaciones artísticas de resistencia ocuparon un sitio muy destacado en el festival. Manu Luksch, iconoplasta net-artista y cineasta austriaco instalado desde hace algún tiempo en Londres, ciudad que ocupa el primer lugar mundial en el despliegue de cámaras de vigilancia (CCTV), exhibió al público asistente su largometraje de ciencia ficción intitulado Faceless. Esta propuesta fílmica tuvo la peculiar característica de ser concebida gracias a la ley de protección de datos británica, pues ésta permite a las personas captadas bajo la omnipresente lente panóptica de estos artefactos, solicitar al gobierno una copia de las grabaciones.
Manu Luksch relata que a su arribo a la capital inglesa, a final de los años 90, quedó sorprendido por la gran aceptación social que recibió la creciente instalación de tecnologías de vigilancia en el espacio público: “La mayor parte de los londinenses ha sido testigo de la creciente densidad de redes de cámaras, muy a la par con los argumentos seguritarios como la prevención de actos terrorista de IRA (Ejército Republicano Irlandés), la lucha contra la criminalidad urbana, y finalmente la ‘guerra contra el terrorismo'”.
En una sociedad organizada mediante técnicas de vigilancia “es urgente que los artistas engendren nuevas imágenes y metáforas con la finalidad de sensibilizar al público sobre esta vigilancia intrusiva”, afirmó puntualmente el crítico de arte Brian Holmes, quien expuso sus planteamientos durante el evento.
Visto en «La surveillance est une activité qui génère une architecture totalitaire» y Ars sous surveillance.
—Véase también Goodbye Privacy (fotos)