Después de publicar la primera parte de una interesante entrevista que el profesor Manuel Castells dio en el complejo tecnológico de Citilab, concluimos la serie con esta segunda parte en la que el sociólogo catalán nos habla sobre el valor de la cooperación, la adopción exitosa de las tecnologías comunicativas en la campaña de Barack Obama, la urgente transformación del modelo económico y, muy puntualmente, la co-educación de los padres e hijos en esta era tecnológica.
En un mundo de conocimientos compartidos ¿están perdiendo peso las voces de los clásicos líderes de opinión?
Se sabe que la cooperación es superior a la competición, o como mínimo funciona como un importante correctivo de la competición Aquí hay dos cuestiones. Los métodos cooperativos se están revelando claramente como los que funcionan en economía, en cultura, en producción artística, en enseñanza… Y es algo interesante, porque ésto se sabe desde hace mucho, mucho tiempo. Al respecto, hay un viejo texto 1902, de Kropotkin, sobre el valor de la cooperación, que reflexiona sobre este aspecto en la cultura tradicional siberiana. Se sabe que la cooperación es superior a la competición, o como mínimo funciona como un importante correctivo de la competición. Por ejemplo, si los mercados financieros globales hubieran funcionado con mecanismos de comparación y competición al mismo tiempo, no estaríamos en la catástrofe que nos encontramos en este momento.
Lo que permite Internet y la comunicación móvil es desarrollar los principios de cooperación a gran escala Ocurre que la cooperación a gran escala, más allá de pequeños grupos, es técnicamente muy difícil. Lo que permite Internet y la comunicación móvil es desarrollar los principios de cooperación a gran escala, con gran velocidad, y tratando un gran volumen de información al mismo tiempo. Es clave para cualquier tipo de cosa, también la política. Ahora bien, depende mucho de la forma de hacer política. Si hablamos de la política tradicional, la de líderes políticos cada cuatro años venden a los electores su mercancía, es decir, ellos mismos, en base a unas pocas opciones electorales, el formato televisión le va muy bien: el mensaje de un candidato difundido a millones de personas, como si se tratara de un detergente. A este tipo de políticos, en cambio, internet les va muy mal.
Sin internet Obama no hubiera sido elegido presidente ni hubiera podido ganar a una maquinaria electoral como la que poseía Hilary Clinton Porque internet va más allá: la gente puede enviar mensajes, programas, hacer blogs, foros de discusión, relacionarse entre ellos … hay una voz plural interactiva y participativa. Además, si alguien se atreve a representar a la gente, a dirigirla sólo sin controlarla, entonces internet es un enorme instrumento de desarrollo político, y ademas, permite que este líder pueda ganar batallas enfrentándose incluso a líderes más potentes.
Éste es el caso de Obama en EEUU. Él ha sido el primer presidente de la era internet. Sin internet Obama no hubiera sido elegido presidente ni hubiera podido ganar a una maquinaria electoral como la que poseía Hilary Clinton con los recursos de los que disponía. Para poder utilizar internet, Obama tenía que movilizar a la gente, movilizar a los jóvenes- pues son ellos los que están y saben que se puede hacer con Internet. Internet puede amplificar las diferencias entre políticas autoritarias o estructuras democráticas (las que recaen bajo el control del líder o del partido sobre la gente) y políticas estructuras abiertas y participativas en la que la gente interviene activamente en las campañas.
Hemos asumido lo mucho que ha cambiado internet nuestras vidas, pero ¿qué grandes cambios sociales nos esperan aún?
… la comunicación móvil es mucho más que una comodidad, es vivir siempre comunicado Sabéis que yo no hago predicciones de futuro, pero sí que os puedo hablar de lo que ya está aquí. En esencia, la tecnología de comunicación móvil está logrando que todo lo que es y ha sido internet, con sus espacios de relación social, de información, foros de discusión, espacios comerciales o espacios políticos, se esté difundiendo en el conjunto de la sociedad. Lo que hacemos, por tanto, es lo que Bill Mitchell denomina “Yo más más”, es decir, yo soy yo y mis redes de conexión que van conmigo. De esta manera, la comunicación móvil es mucho más que una comodidad, es vivir siempre comunicado.
En este ámbito todavía hay algunas diferencias de clase pero en España, por ejemplo, la tasa de teléfonos móviles en relación a habitantes es del 103% y en término de abonados es prácticamente del 100%. Lo que quiero decir es que en este momento nuestro acceso al mundo a través de la comunicación es transportable, es personalizado y lo llevamos con nosotros. Ésto cambia desde la forma de aprender en la escuela, hasta las formas de trabajar, de divertirse, hasta la manera de hacer o recibir televisión y obviamente, la comunicación por correo electrónico, etcétera.
La capacidad para adaptarse al nuevo entorno tecnológico depende de la capacidad cultural y educativa de las personas y de las organizaciones Ahora bien, eso no quiere decir, que por tener la tecnología a nuestro alcance se utilice correctamente. La capacidad para adaptarse al nuevo entorno tecnológico depende de la capacidad cultural y educativa de las personas y de las organizaciones. Las escuelas, por ejemplo, están atrasadas, motivo por el cual los alumnos se distraen con sus móviles fuera de la actividad escolar en lugar de integrar sus propuestas educativas en este marco tecnológico. O como ocurre en los hospitales, donde los médicos y las enfermeras podrían estar funcionando a través de comunicación móvil más fácilmente que mediante el modo burocrático en el que hoy en día se relacionan.
Vivimos en un mundo de extraordinaria capacidad creativa, -la actividad humana esencial- y, al mismo tiempo, en el que la organización de la sociedad está muy por detrás de lo que podíamos hacer.
¿La crisis económica ha cambiado a la nueva economía?
Bueno, lo que se ha quebrado no es la nueva economía, sino la especulación inmobiliaria, que en realidad pertenece a la vieja economía. Lo que se ha roto es la economía financiera, que ha utilizado modelos estadísticos tecnológicamente muy desarrollados, sobre el cálculo de futuros y derivados. Instrumentos financieros complejos que antes no se podían hacer sin una modelización previa basada en tecnologías muy rápidas de computación y comunicación.
Ésta es la economía que ha quebrado. Y ése proceso es irreversible. Para que la economía sobreviva, es necesario entrar en una regulación mucho más estricta de mercados, la gente va a tener menos crédito para sus iniciativas, las empresas van a tener que aportar muchos más elementos para obtenerlos. Así pues, el conjunto de la nueva economía no sólo no ha entrado en crisis, sino al contrario: es la economía sobre la que hay que apoyar en estos momentos el crecimiento económico.
Particularmente en el caso de España, el crecimiento está basado en la construcción, la especulación inmobiliaria y el crecimiento del empleo a través de la inmigración, el turismo y la capacidad de edificar. Ésto es lo que se cae. La reconstrucción debe basarse a empresas innovadoras, empresas tecnológicas, empresas de nueva economía. Incluso el gobierno español lo está diciendo en estos momentos y en Francia y en América también: ”hay que salvar la vieja economía del automóvil y otras porque podría llegar a ser un enorme problema social, es preciso superar las trabas de la economía especulativa (construcción y financiera) y centrarse en la innovación en las empresas, la innovación tecnológica, nuevos servicios…éso es la nueva economía.
La nueva economía parte de la innovación generada por pequeñas y medianas empresas. Un elemento fundamental aquí es el capital riesgo, es decir que estas empresas tengan crédito para poder innovar (por definición, toda innovación es riesgo). Descubrimos aquí un punto débil: por un lado necesitamos salir de la economía especulativa y avanzar hacia la economía innovadora y productiva. Para ello, las pequeñas y medianas empresas necesitan capital. Pero, por otro lado, ahora nos encontramos que, después de haber gastado miles de millones en inversiones especulativas, las restricciones de créditos son mayores y eso es negativo para todos, incluidas las empresas innovadoras.
No hay otra forma de salir de este punto que la existencia de una garantía de créditos de capital riesgo por parte del Estado. Es decir, en lugar de que los fondos públicos garanticen sólo las maniobras especulativas de los bancos y que las enjuaguen, una parte de los fondos públicos deberían servir para compensar posibles pérdidas para la inversión en créditos para la innovación, que tiene una componente de riesgo. Hay que diferenciar entre un tipo de riesgo y otro. El riesgo ligado a la especulación hay que eliminarlo, el riesgo ligado a la innovación hay que protegerlo.
A menudo los padres ven internet más como amenaza que como una oportunidad…
Los niños aprenden internet por su cuenta, el tema es el horror que tienen los padres a lo que pueda pasarles a sus hijos en la Red. Intentan controlarlos y reprimirlos, pero cuanto más lo hacen más dificultad hay en tener una relación productiva de los medios con internet. El problema fundamental de los jóvenes en Cataluña es que se emborrachan de media dos veces al mes, no alguna imagen obscena vista en internet. Que en los foros pueda haber pedófilos, requiere de una buena educación de los hijos, como en todo lo demás. Lo que pasa es que se tiene miedo de lo que se ignora y lo que ocurre es que los padres ignoran internet.
Que los niños enseñen a los padres en Internet y que los padres enseñen la vida a los hijos El gran desafío es que los padres confiaran más en sus hijos dándoles criterios de comportamiento, no sólo en internet sino en todos los aspectos de la vida. Los niños no necesitan aprender internet, pues han nacido en ella, es su generación, su vida y van a seguir así. Que los niños enseñen a los padres en Internet y que los padres enseñen la vida a los hijos. Esa interrelación, que he visto en centros como Citilab, constituye una relación productiva en Internet. La cuestión es cómo los padres de esta generación – pues la siguiente generación será la de niños que habrán nacido dentro de la era internet- entran en el mundo de la Red de la mano de sus hijos y al mismo tiempo contribuyen a que éstos sepan utilizar internet de la misma manera sepan comportarse los fines de semana.
— Fuente: Citilab