Cuenta la historia que un día en las postrimerías de 1888 el filósofo prusiano Friedrich Nietzsche cae sumergido en un profundo trastorno de la razón al observar como un cochero maltrataba salvajemente un caballo. Su amigo Franz Overbeck viaja a Turín y lo interna en una clínica psiquiátrica en Basilea. El diágnostico apunta parálisis cerebral progresiva. Justo es el momento en que Franziska Nietzsche asume los cuidados maternos de su hijo mayor desprendiéndose una interesante y conmovedora relación.
Mi melancólica alegría. Cartas de la madre de Nietzsche a Franz e Ida Overbeck, título de la obra publicada por editorial Siete Mares, ofrece a los lectores material inédito al castellano donde la madre de Nietzsche relata en más de 60 cartas una serie de obstáculos y vivencias estoicas —problemas económicos y de la vida cotidiana, evolución de la enfermedad de Nietzsche, el manejo distorsionado de la obra de Friedrich en manos de su hermana Elisabeth— desde el día en que se responsabiliza de los cuidados de su hijo: “Alabado sea Dios sólo por haberme permitido hasta ahora prodigar los cuidados a mi hijo (…). Él sigue siendo mi melancólica alegría“, expresa con aquel profundo amor materno.
Toda su vida Franziska Nietzsche fue una mujer de sólidas convicciones religiosas. Hija de un pastor protestante y esposa de un párroco en Röcken, Franziska tuvo que lidiar con severos y profundos razonamientos contra su fe cuando a sus 70 años comenzó a leer la obra completa de su hijo: “Me afecta mucho (leer “Así habló Zaratustra”) en la medida en que los cimientos de nuestras creencias se tambalean, y al final, incluso, podría resentirse el amor que siento hacia un caballero tan querido y un hijo tan amado“.
Sin lugar a dudas un valioso documento que aporta más información sobre la vida de este inmenso pensador de la filosofía moderna.
—Visto en BBC Mundo | Papel en blanco