En el blog de Dangger nos encontramos con uno de esos cuadros folklóricos común en los sociólogos que ilustra perfectamente la concepción que varios profanos, e incluso sociólogos, se forman de la Sociología.
A diferencia de otras ciencias como la física, las matemáticas o la química, cuya legitimidad jamás se pondría en tela de juicio en una charla de café, la Sociología debe a cada momento justificar su estatuto de cientificidad con personajes que sustentan sus “argumentos” en la experiencia de vida y el sentido común.
A todos nos ha pasado :/
Cuántas veces me habré visto yo en la situación que narra la viñeta. Cuántas veces habré sufrido intentando explicar eso mismo, jajaja.