Traducción de un breve texto que contiene testimonios de los amigos de infancia de Pierre Bourdieu. Nunca perdieron contacto con “Pierrot”.
Pierre BourdieuSe cumplieron diez años de la desaparición de Pierre Bourdieu. En medio de la efervescente publicación de textos académicos y de opinión, el sitio República de los Pirineos publica una recomendable nota sobre la relación que el sociólogo francés guardó con su Bearne natal.
Por Renée Mourgues
Fallecido el 24 de enero de 2002 en París, el sociólogo Pierre Bourdieu contaba con fieles amigos en su Bearne natal. Citado entre los tres pensadores más influyentes del planeta junto con Michel Foucault y Jacques Derrida, Pierre Bourdieu no disfrutó en su país natal del aura que convino a su obra monumental.
“Es una eminencia del mundo intelectual pero muy pocas personas conocen sus relaciones con el Bearne, como si se hubieran marginado un poco”, lamenta el sirosien ((Habitante de Siros, población y comuna francesa, en la región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos, en el distrito de Pau y cantón de Lescar (Wikipedia) )) André Mariette, 74 años, antiguo electo y presidente nacional de productores de tabaco. Él no olvida las conversaciones dirigidas por el eminente sociólogo para nutrir La miseria del mundo, una selección de relatos de vida publicada en 1993 en la que participó junto con Robert Hourquet, inspector en una fábrica en Pardies y alcalde de Denguin de 1983 a 1995, y Jean Cazenave, pequeño campesino sindicalista. “Tenía el don de descifrar de lo que nosotros no éramos consientes”, recuerda este último.
Dios nunca eclipsó al hombre y más aún al bearnés, nieto de un aparcero de Denguin. Vivió allí sus primeros años antes de mudarse a Lasseube donde su padre Albert llevó a cabo toda su carrera como cartero. “Yo tenía seis años menos que Pierrot. Éramos cuatro del pueblo en estudiar en el liceo Louis-Barthou. Todos los sábados volvíamos en bici desde Pau”, recuerda Louis Lassabatère, quien nunca perderá de vista a su amigo, sin por ello asimilar los escritos juzgados de “demasiado complejos” para la mayor parte de sus amigos bearneses.
“Era un ser atípico, sin concesiones, notablemente sencillo, gentil y fiel. Necesitó de un coraje admirable para defender sus ideas en un medio tan hostil. Lo veía en París, en el Colegio de Francia, y sobre todo en Lasseube donde había comprado una casa en las laderas. La última vez, en 2001. Habíamos programado un cena pero murió antes”.
Infatigable trabajador, Pierre Bourdieu se permitía escapadas al pequeño café Massaly del que apreciaba sobre todo la función social. “No creo que él nunca se haya embriagado en su vida. Era alguien que no cometía ningún exceso”, enuncia el Dr. Claude Lacabe, 81 años, primo del desaparecido.
De niños, ambos jugaban con frecuencia al fútbol. Después, sus caminos divergen sin separarlos. “Se encontraban durante las vacaciones. Hicimos nuestro servicio militar al mismo tiempo en Argelia. Él había sido apoyado por el general Parlange, de Bosdarros, para dirigir una encuesta que desembocará en su notable Sociologie d’Algérie en la colección ‘Que sais-je’?”.
La cuestión argelina formará del rebelde al libre pensador controvertido, para quien los conformismos de la mente actúan como fuerzas repulsivas.
Robert Hourquet acostumbraba conversar con él en bearnés, un idioma apreciado por Bourdieu. “Se hablaba de todo y de nada, de la vida de aquí y de temas de actualidad”Robert Hourquet acostumbraba conversar con él en bearnés, un idioma apreciado por Bourdieu. “Se hablaba de todo y de nada, de la vida de aquí y de temas de actualidad”. En 2001, el alcalde del municipio le hizo parte de la voluntad del consejo minicipal de agregar su nombre al Grupo escolar. Él asintió, pero el cáncer se lo llevó antes de la inauguración (7 de septiembre de 2002) en presencia de su viuda Claire y de Emmanuel, uno de sus tres hijos, todos normalistas como su padre. En Bearne solo el Instituto del trabajo social (Pau), una glorieta situada en la intersección de las avenidas Léon-Blum, Copernico y Vignanacour (Pau), un colegio (Mourenx) y un pequeño jardín público (Lasseube) llevan el nombre de Pierre Bourdieu. Una placa pronto será puesta en la fachada de su casa natal en Denguin. “Me consterna que no se haya pensado en él para bautizar la mediateca en Pau”, lamenta Aline Ferré, presidente de PauSes, una asociación de profesores de ciencias económicas y sociales ligada a la difusión del pensamiento bourdieusiano.
Nacido en Denguin el 1 de agosto de 1930, el hijo de un cartero de Lasseube se revela como producto puro de la meritocracia. Estudios secundarios en el liceo Louis-Barthou (1941-1947), khâgne ((En Francia, institución que prepara para la Escuela Normal Superior)) en el liceo Louis-le-Grand, Escuela Normal Superior en París, agregación de filosofía.
Enseñanza en Moulin, Alger y Lille. Dirección de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, cátedra de sociología en el Colegio de Francia (1981-2002), fundación del Centro de sociología europea en la Sorbona (1968), revista Actas de la investigación en ciencias sociales y ediciones “Raison d’agir”. Vuelto un campo de observación privilegiado, el Bearne sirvió de nutrimiento para sus trabajos entre los que se encuentran La distinción (1979), La miseria del mundo (1993) y El baile de los solteros (2002), que trata del celibato en el medio rural a partir de entrevistas con habitantes de Lasseaube.
Un coloquio homenaje a Pierre Bourdieu es organizado por PauSes sobre el tema de la descampesinización (3-7 de abril en Pau).
“Lo siento vivo. Echo de menos su sonrisa, su rostro, su generosidad, su humildad y su cultura de la modestia. Sin dogmatizarlo, nunca he dudado del pensamiento de Pierre Bourdieu el cual es necesario utilizarlo de forma creativa.”
Antiguo asociado del titular de la cátedra de sociología en el Colegio de Francia, el congoleño Abel Kouvouama no escatima elogios sobre su ‘maestro’ encontrado en circunstancias por lo menos inéditas en mayo de 1978. “Para poder financiar mis estudios, ocupaba un empleo de guarda coches en la Casa de las ciencias del hombre, muy cerca de la Escuela de altos estudios en ciencias sociales que él dirigía. Yo preparaba mi doctorado en antropología en la Sorbona. Un día, él me vio trabajando sobre mi tesis. Se acercó a hablarme. Proseguimos la discusión en un café. No salgo del asombro que él se tomara el tiempo de interesarse en mí”, cuenta el universitario con cargo en Pau.
En 1999 el bearnés lo llamó para confiarle trabajos de investigación. “Bourdieu era muy humano. Yo era uno de los raros, junto con Franck Poupeau, en tener el privilegio de esas conversaciones privadas con orientación sociológica. Él vivía como un pensador crítico llegado de la madre de la ciencia, la metafísica, para estudiar el terreno. Lo que molesta más es que él desmontó todos los mecanismos de dominación”, analiza.
Interesado de los recursos Bourdieu en África, en Rumania y otros sitios, Abel Kouvouama se reclama sin reserva de una escuela de pensamiento que ha sabido sobrevivir contra viento y marea a su fundador.
Para citar esta traducción
Christian Hdez-Pérez, Diez años ya sin Pierre Bourdieu, en “Sociología Contemporánea”, 20 de enero de 2012. Del original Pierre Bourdieu, dix ans déjà, “La Rép des Pyrénées”, le 23 janvier 2012.
excelentes articulos. PIERRE BOURDIEU UN PADRE DE LA SOCIOLOGIA CONTEMPORANEA NO SE MERECE MENOS.